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Partido
Comunista
Proletario
Colombiano

¡Proletarios del sistema, uníos por el poder político!
CONFERENCIA
Simio de los palotes
Alrededor de cinco mil millones de años atrás no había condiciones para que la vida soñara al menos balbucear este concepto ─simio─ como lo hizo práctico la ciencia. Un jefe, un guía de la manada, un caudillo, un rey, un monarca, un presidente, un canciller o cualquier expresión similar podría considerarse bajo tales circunstancias objetivas algo así como un individuo designado en el rebusque de la necesidad social por accidente para un fin temporal, un simio de los palotes. Allí viene a su encuentro las razias contra sus semejantes, hasta el genocidio; cada año se le impone al proletariado cual garrote, se le fija, el salario mínimo sinónimo de una paz humillante, arrastrada, postrada, sumisa. Y se llega al fascismo como cúspide de un desarrollo político, socioeconómico, que devela la realidad histórica de los humanos, la miseria humana, abriendo y profundizando más las brechas de la desigualdad y la opresión. El derecho de la selva primitiva, un “empleo digno”, compasivo ─El amo, el patrón, el burgués, el propietario de los medios de producción, de capital o dinero, simio, que hace su fortuna “trabajando duro y ahorrando ‘con sacrificios’ para darle de comer a sus esclavos, siervos, obreros como le llaman hoy a la clase del proletariado” ─. La dictadura del simio de los palotes con su estatuto o código del trabajo que garantiza la opresión, la explotación de un hombre por otro y con ello esquilma la fuerza de trabajo.
La ley de la plusvalía ─ciega como toda ley─ funciona condenando a una gran parte de la sociedad a la degradación humana, favorece a simio de los palotes y sus correligionarios, asesina, roba, así es su desenvolvimiento y condición; su fin dista mucho de lo que se ha dado en llamar “el bien común” en sentido literal. Continúa con ello la política extrema de agresión cuando sus intereses entran en peligro, la práctica del darvinismo social, su poder constituyente y los de su estirpe; su democracia impone aquello que los simios desean y quieren, y con la fuerza. En su hegemonía su democracia es la forma de dictadura total transmitida desde las alturas por sus gigantescos medios masivos comunicacionales y su maquinaria de guerra facilita chupar trabajo ajeno convirtiendo a su vez la forma de vida social urbana, su caparazón, en una cárcel donde opera, se transforma, se muele y se mueve por el esclavo asalariado de hoy la producción social lo que motiva e incita al campo a seguirle, imitando lo urbano de manera obligada.
En esta selva no vale la dignidad humana como tal suena. Simio se aferra al poder y se blinda con una enorme red de súbditos y colaboradores que los hace sentir superiores además de otras ataduras invisibles. Parece tarea imposible bajarlos del poder logrado. Pero los proletarios disciernen ya que lo pueden hacer y son capaces de hacerlo futuramente pues la producción de bienes jamás se detendrá como un gran árbol con cerebro vivo y articulaciones y extremidades mecánicas poderosísimas, cambio que debe ocurrir ya que si los proletarios han producido con sufrimiento con una palanca en la mano no se les podrá apaciguar fácilmente para impedir la revolución. Parapetado arriba simio tiene toda la panorámica, parafernalia y comodidades de red; vuelven sumiso y alienable al de abajo; una ventaja importante para simio de los palotes es la falta de trascendencia del conocimiento científico materialista del comunismo obstruido deliberadamente por toda su clase para evitar el poder arrollador de la teoría revolucionaria para incendiar la red de telaraña de soporte y que el proletariado ruso doblegado de nuevo quiso averiar obligando a simio de los palotes a recuperar este tejido roto, labor asignada a la socialdemocracia progresista que se mimetizó de socialista y comunista cubriéndolo todo como una plaga, peste o mancha nociva cualquiera relajando el odio a la opresión y la explotación de clase.
Hoy en día el comunismo debe comprometer una gran alianza de repúblicas y pueblos muy compactos que puedan escapar sin quedar expuestos al dominio de la red de simio de los palotes para excluir la posibilidad de más ciclos de frustraciones; de críticos expropiadores acomodados, mentirosos y torcidos, oportunistas, apartados de la ciencia marxista del mundo, de la sociedad y del pensamiento, de la historia. Alianza que debe implementar un desarrollo colectivo científico del marxismo integrados todos hacia esta dirección ideológica y política para poner en práctica lo que la teoría resuelva, en concreto los cambios de dirección económico-social.
Recobrando el sentido de formación económico social de clase como otras tantas surgidas en la historia humana entre ellas la burguesía, el proletariado, unido como parte del sistema de producción, sumido en él, se pondrá a tono con la política general al entrar en contienda, tomando las armas para echar abajo con poder de fuego escalonado y progresivo todo el poder y la red de simio; lo mismo si defiende y cuida lo producido por él. Simio no cae con elecciones “democráticas” en el contexto de su gobierno pues esta es sostén de su dictadura, tampoco con pliegos petitorios o cartas de intención y súplica, ni presentando reformas al gusto del señor burgués o mediocres, por “amor al prójimo” menos ni con rezos, tampoco gritando desde abajo “el pueblo manda” pues bien es sabido que este “pueblo” jamás ha respetado al proletariado, por el contrario, ayuda a asfixiarle, que simio no es “perita en dulce”, que este mismo “pueblo” en fin de cuentas por el grado de ignorancia e intereses mezquinos y egoístas quisiera extinguirle junto a sus ideas comunistas, a lo fascista. Este “pueblo” en su forma más acabada de pequeña burguesía igual succiona, chupa sabia, plusvalía al proletariado porque hace imitación del accionar burgués y con ello contribuyen a fortalecer la “fuerza pública”: Esa agrupación de esbirros del sistema proletarista de explotación. Además, dicha forma social de clase tornase con el tiempo una espesa capa acorazada que blinda el operativo, y proceder proletarista de la burguesía.
Simio de los palotes pudo establecer desde tiempos inmemoriales un sistema proletarista, esclavista en sus inicios, servilista, dedicado a mantener a raya todo bajo su dominio y control en el mundo de “perico de los palotes” con peones de montura susceptibles de aniquilar y capataces capaces de hacer dócil a tal esclavo. Todo a su mando, obediencia y servicio en diversos territorios; bien protegidos con jaurías caza rebeldes para evitar, contener y sofocar toda rebelión, levantamiento, revuelta, insurrección, o revolución. Con ejércitos y policía para cuidar los bienes geográficamente delimitados por la agrupación estatal de simios de los palotes bajo pretexto o coartada de “proteger a la población civil” pero la realidad es cuidarse del proletariado revolucionario que va por la revolución comunista proletaria. Cada territorio una “burguesía nacional” lo que implica derrotarla en cada nación primero que todo en las condiciones de desarrollo en que se encuentre.
La real humanización de los hombres se adquiere bajo régimen comunista de producción donde está lejos de manifestarse el crimen y la delincuencia ya que solo puede considerare crimen atroz, abominable, el oprimir y esclavizar a otro bajo cualquier expresión o circunstancia que trate de presentarse con el fin de obtener un beneficio personal al margen de las normas de la sociedad que define con absoluta claridad la distribución del excedente, sobrante, o plusvalía: “De cada cual según sus capacidades, para cada cual según sus necesidades” (Marx).La manifestación de esta ley ─la plusvalía─ quedará suprimida bajo control social. Ello requiere la ejecución de programa comunista que no podrían realizar socialdemócratas progresistas de hoy tipo Lula, Sheunbaum, Petro o “socialistas” a lo Sánchez o economías mixtas de mercado tan en boga.
El trabajo que crea riqueza o bienes materiales para usufructo social o mejor dicho el proletariado es puesto al margen de las decisiones políticas y, además, como en el caso de la masacre de las bananeras es asesinado en masa y solo obra el cálculo frio matemático del burgués con los signos monetarios como voluntad general que hace ver que el dinero lo es todo. Esta venda o presentación de fetiche se pone de por medio para impedir que el proletariado se sacuda el yugo y pueda derrotar a simio burgués. En el sistema proletarista de hoy el burgués domina sobre el proletario, su esclavo asalariado y le somete a sus designios. En el comunismo la sociedad se desenvuelve libremente a raíz de su elevado grado de conciencia social, político, económico, a su auto movimiento y desenvolvimiento socioeconómico consciente. El hacedor de este propósito: el proletariado revolucionario de hoy que aquí ya no cuenta con el permiso de su amo burgués para actuar y pensar; aquí queda sentado el hecho que la utopía es inconcretable. Aquí termina la resistencia al comunismo venido de las demás clases incluso de la pequeña burguesía.
Libertad política dirigida a la toma del poder exige el proletariado puesto que bajo la conducción política del imperio pequeñoburgués del progresismo socialdemócrata solo se obtienen confesiones sin escrúpulos como en el caso de Petro al afirmar que ha vuelto en su mandato re millonarios a los ricos equiparando en esa misma riqueza igual a los asalariados y pobres ─que igualmente los ha enriquecido─. Un asalariado equiparado a Sarmiento Angulo en cuanto a fortuna (sic). Esa circunstancia es un escudo protector de la explotación del burgués a sus esclavos, una actitud colaboracionista con el burgués y de su agrado porque dice, “y no agradecen” ─los ricos─. Y oportunista por el favor hecho al patrón y casi implorando ante sus caprichos. Así se torna infranqueable la institucionalidad burguesa levantada por simio presidente, irrompible; termina encubriendo la existencia de clases y la opresión. Estos Estados burgueses y sus gobiernos progresistas socialdemócratas no actúan en función del proletariado ni ponen en ejecución ni sus decisiones ni sus órdenes o al menos sus reivindicaciones políticas.
