.png)

Partido Comunista Proletario Colombiano
¡Proletarios del sistema, uníos por el poder político!

Editorial
Septiembre 11 de 2022
NI ESTADO NI GOBIERNO PROLETARIO III
Aún conserva intacto por divisa la burguesía de hoy ─el nuevo amo esclavista a quien le fue transferido el poder político descendencia criolla monárquica─ en asocio con el terrateniente colombiano el poder de vida y muerte sobre su esclavo asalariado. Todo el sistema de justicia burguesa gravita en torno a perseguirle y ejecutarlo cuando las circunstancias lo exijan ─paro, rebelión, insurrección─ por medio de su aparato represivo y su ejército permanente. Un proletario está constantemente asediado de muerte por las mismas condiciones de producción bajo el régimen proletarista. Deje de percibir salario y llegarás a morir de inanición o terminarás en la mendicidad etc.; póngase al margen de las normas del derecho burgués y pronto experimentará las consecuencias y consigo la muerte. Cual ejército invasor vive hoyando con bombas el suelo de la nación tras insurrectos connacionales y su combate es sin proporción, y en el timbre de voz de Roy Barreras anunciándolo.
El salario mínimo del que se sustrae toda la plusvalía, columna vertebral, ley del sistema de producción proletarista. ¡Eso es!
Ese salario mínimo es algo así como el pitón de la res entregado o concedido al proletario como una parte mínima de la misma riqueza que él produce y al que Petro no subiría poniendo como contraprestación bajar los precios. Este pragmatismo no se ha visto realizar ─se vocifera: “ganancias privatizadas, pérdidas socializadas”─ mientras aumenta el beneficio burgués que fielmente representa y en congratulación con los medios de comunicación como los de Santodomingo. Pero para ellos ─funcionarios de Estado, “los instruidos”─ éste salario mínimo no lo es. Su sueldo supera de 35 a 40 veces ese mismo mínimo. ¡“Para eso estudiamos”! ─dirán─, ¡hagan lo mismo señores! Y desde aquí se les responde: Esas son las condiciones del proletarismo; condiciones concretas de opresión, de explotación de trabajo ajeno por el truhan burgués, en el que la fuerza de trabajo que crea la riqueza adquiere la categoría de mercancía y que buscan se amase sistemática y constantemente para apropiársela gratuita e hipócritamente como se observa del “pacto histriónico” de los que da pena ajena verlos sosteniendo la esclavitud asalariada soterradamente.
Es la fiesta de la “libertad burguesa” que se vive; la “democracia, la paz y el amor” que ofrecen; consignas, canciones románticas, para que el proletario con el mínimo se acostumbre a “vivir sabrooso” ─¡el paraíso, el país de las maravillas! Petro: “…la paz entre nosotros” ¿Entre burgueses y proletarios? o, ¿Entre burgueses? ¿socialismo conservador o burgués?─ bajo el yugo de las leyes burguesas laborales y el peso de las cadenas. Otra cosa es un Estado y gobierno comunista fruto de la revolución del esclavo proletario; verdadero carácter de la lucha de clases que no puede suplantarse con ningún disfraz o mimetismo. Esta revolución no la persigue la pequeña burguesía pues lo que emprende siempre es la carrera por llegar a ser burgués; Estado y gobierno comunista luego de más de 5 mil años de esclavitud; ¿cómo hacerlo? ¿Suprimirá el Estado? “Sueño, candor, romanticismo” querer el poder para los proletarios colombianos; prescindir de policías, militares y funcionarios carísimos que cargan con enormes recursos económicos de la sociedad, cambiar por la administración de la producción social, de las cosas y no la dominación de unos hombres por otros. ¡Primera dictadura democrático-revolucionaria del proletariado en Colombia! Cumplamos ese sueño. ¿Se le concederá?
Petro, gobierno del “pacto histriónico” no va a cambiar nada; es lo mismo que sus antecesores, miren: “reuniones de gabinete”, “consejos de seguridad” “proyectos de reformas”, “uso de la fuerza” o amenaza, como en el caso de la toma de tierras por los campesinos indígenas, “reuniones con funcionarios de más bajo rango”, “relación con los otros poderes”, etc., etc. Pero siempre, tales relaciones lo serán entre los propietarios de dinero, los poseedores de capital social: los burgueses, los terratenientes, pequeñoburgueses; todos en función del beneficio del capital. Los proletarios continúan lo mismo, esclavos asalariados en el proletarismo. Hoy la situación de las masas en estado miserable empeora; la salud hace caos; la carestía indetenible; despunta la protesta social; las promesas del “pacto histriónico” incumplibles; las corporaciones financieras intocables; poco casi nada en pro de las masas proletarias del trabajo. El “acuerdo nacional” o nuevo Frente Nacional Liberal-Conservador funciona para el capital, para la burguesía mientras que los proletarios continúan con su lenguaje y acción sumiso, no revolucionario. Ahora falta la insurrección del proletariado, de las masas del trabajo esclavo asalariado por la conquista del poder político.
